El presentador de televisión estadounidense nacido en los años 30 Irving Mansfield tenía un show en la pequeña pantalla en el que por costumbre recibía numerosas cartas de admiradoras.
Un día recibió una foto desnuda con una carta que decía: “Sr. Mansfield tengo algo que ofrecerle para su show. Y cuando digo algo quiero decir algo….”.
La carta y la foto cayeron en manos de la esposa de Mansfield que la devolvió con las palabras precisas:
“Yo soy la Sra. Mansfield y tengo lo que necesita mi marido. Y cuando digo todo, quiero decir todo…”.