Kamikaze es una palabra japonesa que, durante la II guerra mundial, se aplicó a los pilotos suicidas nipones que estrellaban sus aviones contra los barcos enemigos.
Significa “viento divino” y evoca la ayuda de un repentino vendaval que hace más de siete siglos destruyó la flota que los mongoles habían echado al mar para invadir Japón.