
La población madrileña de Valdemoro tenía uno de los vinos con más calidad de todo el reino (cuando gobernaban Los Austrias), hecho que se demuestra al ser el vino que se consumía en la Casa Real, y que además obtuvo numerosos beneficios por parte de ésta.
En Pinto también tenían vino, pero de una calidad bastante inferior al de Valdemoro.
De esta forma, cuando alguien tomaba un vino que no era ni bueno ni malo, decía: “está entre Pinto y Valdemoro”.