Errores en Las Frases Célebres.

Muchas de las frases célebres atribuidas a grandes personajes históricos son erróneas.

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  • El fin justifica los medios. – Maquiavelo.

“Il fine giustifica i mezzi” famosísima frase atribuída a Maquiavelo no aparece escrita en ninguna de sus obras ni se tiene constancia de que la pronunciara jamás. Lo más parecido (en su significado que no en su forma) aparece en su libro “Historia Florentina (III)” y dice:

“Aquellos que triunfan nunca resultarán avergonzados por el modo como hayan triunfado”

Lo cierto es que dista bastante de la frase en cuestión aparte de que es ridículo pensar, en que nadie antes de Maquiavelo, no haya expresado de alguna manera tan “magnífica excusa” para hacer lo que a uno le venga en gana.

  • ¡Con la Iglesia hemos topado!. – Quijote

Este es un claro ejemplo de una frase tergiversada. Está extraída del Quijote de Cervantes y la frase exacta es:

“¡Con la iglesia hemos dado, Sancho!”

A primera vista puede parecer lo mismo, pero pongámonos en situación. Quijote y Sancho están llegando al Toboso de noche y a oscuras…

“Guió don Quijote, y habiendo andado como doscientos pasos, dio con el bulto que hacía la sombra, y vio una gran torre, y luego conoció que el tal edificio no era alcázar, sino la iglesia principal del pueblo.

-¡Con la iglesia hemos dado, Sancho! “

Claramente, el sentido un poco peyorativo o irónico contra la iglesia que tiene hoy en día esta frase no existe. Primero porque no se encuentran con la Iglesia como institución (que hubiera escrito con mayúscula), sino con el edificio de una iglesia y segundo porque el sentido de “topado” (chocar) es diferente al de “dado” (encontrado).

La tradición pone esta frase en boca de Luis XIV de Francia cuando, enterado que el parlamento de París se había reunido a sus espaldas, interrumpió su cacería y se presentó allí ataviado con su traje de montería. El presidente del parlamento le hizo un comentario al monarca acerca del bien del estado a lo que Luis XIV le contestó con su lapidario “El estado soy yo”.

Pues bien, los más respetables historiadores niegan que esto haya pasado de esta manera, y como mucho, el rey se limitó a imponer silencio con un gesto. Al parecer, Luis XIV, que sólo tenía 17 años, era poco agraciado, poco expresivo y muy parco en sus palabras, así que es difícil atribuirle una frase de tal empaque.

Esta frase tan famosa y que casi todos pensábamos que Sherlock Holmes había nacido diciéndola, en realidad no sale en ninguna de las muchas novelas del genial detective. Lo más aproximado aparece en un relato titulado “El jorobado” y que publicó Conan Doyle en una revista en 1893. Ocurre cuando Sherlock, de un vistazo, averigua que Watson ha estado últimamente muy liado con su trabajo. Watson extrañado le pregunta como lo ha adivinado.

“- Cuando su ronda de visitas es corta, usted las hace a pie, y cuando es larga coge un coche de alquiler. Como estoy viendo que sus botas, aunque usadas, no están ni mucho menos sucias, no puedo dudar de que hoy ha estado lo suficientemente atareado para justificar el empleo de un coche de alquiler.

– ¡Bien deducido! -Exclama Watson.

– Es elemental. Es uno de esos casos en los que el razonador puede producir un efecto que a su vecino le parece extraordinario…”

La frase no vuelve a repetirse y desde luego no tiene la carga de vanidad que tiene el “Elemental, querido Watson”

  • Se puede engañar a todo el mundo alguna vez y a alguna persona todo el tiempo, pero no se puede engañar a todo el mundo durante todo el tiempo. – Abraham Lincoln

Esta frase se dice que la pronunció Abraham Lincoln el 8 de Septiembre de 1858 en el estado de Illinois cuando se presentaba a las elecciones para senador. El problema es que no se encuentra registro de ella en ningún periódico ni crónica de la época. Tan solo aparece en un libro de finales del siglo XIX escrito por un coronel quien dice mantuvo con él esta conversación. Se duda mucho de la versión de este coronel aunque distintas investigaciones se han esforzado por adjudicársela a Lincoln ya que es una frase que adorna en gran manera la vida de cualquier gobernante.

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