El fallo de los primeras versiones del chip Pentium construidos en 1993 por Intel, fue algo tan poco importante en apariencia como un error de cálculo.
Debido a un fallo de diseño, entre 3 y 5 millones de chips tienen un error del 0.006 por ciento a la hora de dividir un número de punto flotante.
Aunque este error es muy pequeño, estos chips son inservibles para aplicaciones de alta precisión, lo cual significó un golpe muy importante a la imagen de la compañía, finalmente accedió a cambiar los procesadores afectados, con un coste para la compañía: 475 millones de dólares.
