
En el año 1306, en la Inglaterra Medieval, los gobernantes ya estaban sensibilizados con el medio ambiente, quizá demasiado.
Resulta que un tribunal de la ciudad de Londres, después de juzgar a un herrero, le condeno a muerte. El motivo, utilizar para trabajar en su herrería carbón de piedra con un alto contenido en azufre. Y es que según se indicaba en las ordenanzas de la ciudad londinense, estaba totalmente prohibido el uso de este tipo de carbón.