¿Por qué se inactiva un volcán?

Los volcanes son algunos de los fenómenos naturales más asombrosos y peligrosos de la Tierra. Pueden ser tanto destructivos como creativos, ya que forman nuevas formas terrestres y liberan roca fundida, ceniza y gas a la atmósfera. Pero, ¿por qué los volcanes se vuelven inactivos? ¿Qué les ocurre cuando dejan de entrar en erupción? Aprende más sobre la vida de los volcanes en esta entrada del blog.

La mayoría de los volcanes tienen una cámara de magma que no puede salir debido a una temperatura o presión insuficiente. Se denominan volcanes latentes o inactivos. Hay tres tipos principales de volcanes: activos, inactivos y extintos. Los volcanes inactivos no están actualmente activos, pero podrían llegar a estarlo en el futuro.

Hay muchos factores que pueden hacer que un volcán se vuelva inactivo, como una disminución del suministro de magma, cambios en la chimenea volcánica o un aumento de la velocidad de solidificación de la lava. Cuando una cámara de magma no puede ventilar, la presión aumenta hasta que puede producirse una erupción explosiva.

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Los volcanes pueden quedar inactivos por varias razones. La razón más común es la disminución del suministro de magma. El magma se forma cuando la roca fundida y la ceniza suben a la superficie a través de las grietas de la corteza terrestre.

Con el tiempo el suministro de magma puede disminuir, haciendo que el volcán quede inactivo. Otra razón para la inactividad son los cambios en la chimenea volcánica. La chimenea es la abertura por la que se expulsa el magma y la ceniza durante una erupción.

Si la chimenea se obstruye o se entierra, el volcán puede quedar inactivo. Por último, un aumento del ritmo de solidificación de la lava puede hacen que un volcán quede inactivo. Cuando la lava se solidifica, forma una dura corteza que sella la cámara de magma e impide el escape de gases.

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Los volcanes pueden permanecer inactivos durante largos periodos de tiempo, a veces durante cientos o incluso miles de años. Sin embargo, también pueden reactivarse rápidamente, sin ninguna señal de advertencia.

Esto es por qué es importante vigilar todos los volcanes, incluso los que están actualmente inactivos. Cuando un volcán vuelve a estar activo, puede suponer un grave peligro para las comunidades cercanas.