
El tejido duro y resistente de algodón con el que se fabrican llevaba en circulación desde mucho antes, aunque no se utilizó para pantalones hasta el siglo pasado.
En Inglaterra a este tejido se le llamaba «fustán genovés», ya que se fabricó por primera vez en Génova (Gênes). Esta palabra se convirtió en «gene» y posteriormente en «jene».
Después «jene» se convirtió con el tiempo en «jean» hasta nuestros días.