Aunque asociamos la palabra “pizza” a los italianos, las primeras las cocinaron los antiguos egipcios tras descubrir la levadura, con la que cocinaban una torta redonda, con la forma y el color del sol.
En ese entonces no la denominaban pizza, pero era lo más parecido a la pizza que conocemos hoy en día.
La pizza es un plato popular en muchas partes del mundo y sus orígenes están rodeados de misterio. Algunos creen que la pizza se originó en la antigua Grecia, mientras que otros creen que empezó en Italia.
Sin embargo, el origen más probable de la pizza es el sur de Italia, concretamente la ciudad de Nápoles. En el siglo XVIII, los pizzeros napolitanos crearon un plato que era sencillo, pero delicioso. Utilizaban una masa fina, la cubrían con tomates y queso, y la cocinaban en un horno de leña.
Esta receta básica se sigue utilizando hoy en día y se ha convertido en uno de los platos más populares del mundo.
Con los años, los panaderos napolitanos de los siglos XVIII y XIX comenzaron a trabajar la picea, un pan plano y redondo condimentado con aceite o manteca y especias al que añadieron el tomate en cuanto éste fue traído de América por los conquistadores, (la primera cosecha fue vendida en Nueva Orleans en 1812 y llegó años más tarde a Europa).
