Groucho Marx Escribe a los Dueños de la Warner

Problemas de derechos de autor con la Warner durante el rodaje de la película “Una noche en Casablanca” llevaron a Groucho Marx a dirigirse a ellos con esta carta:
Parece ser que hay más de una forma de conquistar una ciudad y tomarla como parte de tus propiedades. Por ejemplo, cuando empezamos a hacer esta película, no teníamos ni idea de que Casablanca perteneciera a los hermanos Warner.

Sin embargo, pasaron sólo unos pocos días desde que anunciamos que íbamos a hacer la película hasta que nos llegó una larga, complicada y amenazante carta legal, que nos avisaba de que no debíamos usar el nombre Casablanca.

Parece ser que en 1471, Fernando Balboa Warner, el tatarabuelo de Harry y Jack, mientras buscaba una ferretería en la ciudad de Burbank, llegó hasta las costas de África y blandiendo un increíble bolígrafo (esta parte ha sido ocultada por la historia) le había dado al lugar el nombre de Casablanca.

Simplemente, no puedo entender vuestra actitud, porque aunque repusieran vuestra película, creo que el espectador medio podrá distinguir entre Ingrid Bergman y Harpo.

No tengo claro si yo podría hacerlo también, pero estoy dispuesto, por supuesto, a intentarlo con “todas mis fuerzas”. Decís que el nombre de Casablanca es vuestro y que nadie más lo puede usar sin vuestro permiso, ¿Qué pasa con “Hermanos Warner” (Warner Bros)? ¿También eso es vuestro? Es posible que podáis usar el nombre “Warner”.

Pero nunca la parte “Hermanos”, profesionalmente, nosotros éramos “Hermanos” mucho antes que vosotros. Incluso antes que nosotros, ha habido otros “Hermanos”: los hermanos Smith, los hermanos Karamazov, Los hermanos Dan… El más joven de los hermanos Warner se llama Jack…

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¿También reclama la propiedad sobre este nombre? Porque no es un nombre muy original: se usaba incluso antes de que el naciera. Por otro lado, se me ocurren un par de Jacks (sin contar a Jack, el del cuento de las habichuelas mágicas, y Jack el destripador, que ya en sus tiempos fue bastante famoso).

Y para Harry, sin pensármelo mucho, se me ocurren dos Harrys antes que él: Harry Lighthouse, que tuvo una fama revolucionaria, y Harry Appelbaun, que vivió en la 93, esquina Lexington. Y no quiero entrar en discusiones duras, porque muchos de mis mejores amigos son Hermanos Warner.

Intuyo que todo es un error del horrible y triste departamento legal de la empresa, controlado por alguno de esos tipos con problemas escolares, necesitado de fama y admiración, y demasiado ambicioso para respetar las leyes naturales de la promoción.

En fin, sea quien sea, no lo conseguirá. ¡Lucharemos hasta el final!, ¡hasta la Corte Suprema! Ninguna estupidez de este tipo va a ser causa de pelea entre los Warner y los Marx, y la sangre no llegará al río.

Porque todos somos hermanos bajo nuestra piel y seguiremos siendo amigos después de que pase por la bobina el último rollo de “Una noche en Casablanca”.

Groucho Marx.