Abelard, Castrado por Amor

En París, en el año 1119, meses después de que el canónigo de la Catedral de la ciudad francesa encargara la educación de su joven sobrina Heloise al también joven filósofo Abelard no tuvo más remedio que rectificar.

Heloise, que contaba con dieciséis años, estaba embarazada. La hermosura de la niña había hecho caer en la tentación al apuesto tutor y aquello obligó al canónigo a tomar una seria decisión, mandar a Heloise a otro lugar.

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La jovencita fue rápidamente enviada con su hermana a Le Pallet hasta que el naciera el hijo que llevaba dentro. Y este nació nueve meses después y fue bautizado con el nombre de Astrolabio en recuerdo a la lección que el día de autos tomaba. La lección que daría paso a la de engendrar a su futuro hijo.

Lo concibieron y nació, y al nacer los jóvenes accedieron a casarse con la condición de que su matrimonio se mantuviera en secreto. Un secreto y una condición que había impuesto Abelard para poder proseguir su carrera sin sobresaltos. Pero el canónigo no vio con buenos ojos aquel acuerdo desde un principio.

Abelard envió a Heloise a un monasterio hasta que los cuchicheos cesaran. Pero el impulsivo Fulberto, el canónigo, malinterpretó las intenciones de Abelard, y pensando que se quería deshacer de su sobrina, mandó una noche a unos criados para que lo castraran.

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