En la Alemania de mediados del XVII, «en el principado de Neisse fueron ejecutadas, en un período de nueve años, mil brujas, entre ellas varias niñas de dos a cuatro años; en Fulda, en tres años, 250, y en Ellwange, en un año, 167.
En Wuzburgo, desde 1623 a 1631, perecieron en la hoguera 900 personas de ambos sexos.». A finales de este mismo siglo, hubo en Suecia una epidemia de brujería, que conocemos sólo a través de la epidemia de hogueras con que se cortó.
En Portugal hubo una gran quema por la misma época, a causa de haberse descubierto un robo sacrílego en una iglesia de Lisboa; las crueldades que entonces se cometieron con los neófitos y descendientes de judíos y moros fueron tales que, según las crónicas, «esas cosas no se hicieran, si fuera posible, con los perros…
Y después de haberse cometido tantas atrocidades, apareció el reo, que era un cristiano viejo y muy viejo…» En Francia, en Inglaterra y en Escocia ocurría lo mismo casi por la misma época: no había más que brujas y hogueras por todas partes.”
- Las supuestas maldades de las brujas eran las siguientes: fornicación y adulterio
- Al inclinar a las mentes de los hombres a pasiones irregulares: haciendo a los hombres impotentes o infértiles
- Mediante la obstrucción de la fuerza generativa: castración y/o esterilización
- Mediante la extirpación de los miembros acomodados para esos actos;
- Transformando a hombres en bestias mediante sus artes magicas: bestialidad y homosexualidad
- Mediante la destrucción de la fuerza generativa en las mujeres: control de la natalidad
- Mediante el aborto
- La ofrenda de niños al demonio: infanticidio