En contra de la opinión generalizada de la procedencia de la simbología pacifista de aquellos jóvenes idealistas que poblaban las universidades californianas en una floreciente y soleada década de los setenta, Marjgen Stakiov y Humbert González declaran que aquellos dos dedos abiertos debían su uso a la expresión abreviada de la incipiente tendencia a consumir a dos “golpes” las drogas que terminaron por evidenciar la falta de contenido de estas manifestaciones llamadas libres. Fue Nigel Redford, columnista del San José Express, quien nos proporcionó este error y lo puso en boca de toda una sociedad alarmada y confusa ante aquellos acontecimientos. El pobre Nigel observó a aquellos jóvenes sobre los que debía escribir el domingo siguiente y llegó a esta lamentable conclusión.