El Museo de las Curiosidades Históricas

En 1648 Federico III de Dinamarca creó en Copenhague un museo de curiosidades, un gabinete donde lo exótico y lo lejano coexistían, un muestrario de rarezas tribales, objetos viajados capaces de contar historias de lugares remotos: desde un collar que perteneció a James Cook hasta esculturas aztecas que Hernán Cortés envió a Carlos V.

Las wunderkammern (cámaras de maravillas) nacieron de la voluntad de atesorar. Eran espacios donde se mostraba la diversidad de la vida: todo aquello que, por su exotismo o por su rareza, despertaba la atención de los viajeros tenía cabida en ellas.

En toda Europa se avivó el gusto por los objetos desconocidos traídos de países lejanos por navegantes, cartógrafos, científicos, antropólogos y exploradores. El resultado es una colección heterogénea y muy bella, de puzzle global, un catálogo de la complejidad.

Desde la pequeña figura de un chamán mexicano a un espléndido biombo japonés, pasando por una enigmática cabeza para la proa de una canoa nguzunguzu (Islas Salomón) -los nguzunguzu eran cortadores de cabezas-, una camisa de los indios de las llanuras, un sombrero de Borneo realizado con colmillo de jabalí, cuentas de vidrio, concha, fibra vegetal y piel, una especie de visera de Groenlandia, realizada en madera y hueso, que en realidad son unas gafas de sol utilizadas para protegerse del dañino reflejo de la nieve; o una máscara de cabeza de cerdo mítico de Borneo.

Esa colección de Federico III fue la base para el Museo Etnográfico Real, uno de los más importantes de Europa, que en 1892 se incorporó al Museo Nacional de Dinamarca. Ahora una selección de 122 piezas de los siglos XVII Y XVIII conforman la exposición

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Entre sus obras podemos encontrar:

LO MÁS VALIOSO

Un bastón ceremonial de jefatura de la República Democrática del Congo. Para uno de los comisarios de la muestra, Albert Costa, se trata de una pieza excepcional. Está bellísimamente tallado. También destaca una placa de bronce en relieve de Benin, del siglo XVII, una pieza perfectamente modelada.

LO MÁS RARO Y MEJOR CONSERVADO

Un tocado de plumas del Amazonas (Brasil) en perfecto estado de conservación. La utilización de plumas tiene carácter simbólico, ya que los pájaros se relacionan con el alto cielo, cercano al sol, y con otros espíritus. Por ello los pájaros se consideran sagrados y pueden adoptar la forma de dichos poderes y servir de mensajeros a los mismos.


LO MÁS EXTRAÑO

Un báculo con figura de un dios y base fálica, de las Islas Cook, anterior a 1890, construido en madera. Extraño porque muy pocos objetos de esa cultura se conservan. Fue una zona arrasada por los conquistadores.


LO MÁS ENIGMÁTICO

Vasija de Nazca (Sur del Perú) que representa una cabeza y también un chamán con máscara en compañía de un papagayo. Poco se sabe de la utilidad de esos objetos.


LO MÁS ‘MODERNO'

Por su aspecto, unos mocasines de los indios de las llanuras de América del Norte. Un diseño actual.

LO MÁS TERRIBLE

Máscara kifwebe de Luba (República Popular del Congo). Las máscaras kifwebe permitían ejercer un férreo control social y eran muy temidas. Se fabricaban en secreto en el interior de los bosques por un verdadero escultor, a veces traído de muy lejos, y eran introducidas en el vientre de un esclavo sacrificado para incrementar su poder. Sus rasgos geométricos acentúan su carácter espiritual.

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LO MÁS ONÍRICO

Figura masculina en madera de Yongoukro (Costa de Marfil). Es un blolo, un esposo del otro mundo. Una creencia que surge del mundo de los sueños. Una mujer soñaba con su esposo del otro mundo y mandaba tallar una réplica con la que convivía y a la que se le ofrecían presentes. Un ser sobrenatural y, a la vez, cotidiano.

LO MÁS RITUAL

Figuras masculinas del Congo realizadas por los bebembe, considerados como los mejores miniaturistas de África. Cuando un personaje de prestigio fallecía, sus familiares encargaban una escultura en la que el ngamga o hechicero introducía por el orificio del ano algunos restos del difunto (uñas, dedos, piel, cabellos) y tras una ceremonia la imagen encarnaba a la persona desaparecida.


LO MÁS BELLO

Destaca una cabeza de Buda de Pakistán, de los siglos I-III d.C. Tiene una importante inspiración helenística.

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