A Ed Sampson le gustaba mucho beber. De vuelta de una de sus borracheras, el que era redactor jefe del periódico Boston Globe, soñó mientras dormía bajo los efectos del alcohol que en agosto de 1883 la isla indonesia de Pralape era devastada por la erupción de un volcán.
Dicha erupción provocaría además la muerte de más de 35.000 personas.
Ed se levantó sobresaltado, pero con la idea clara de que lo que había soñado no era un simple sueño, sino una realidad – quizá porque los efectos del alcohol todavía hacia que lo viera así -. Y siguiendo lo que pensaba que era una realidad se lanzó a publicar la noticia.
Horas más tarde fue despedido cuando se comprobó que la isla de la que hablaba Ed Sampson en su noticia ni siquiera existía.
Lo que no esperaba nadie en la redacción del periódico es que al día siguiente de despedir al redactor jefe se conociera la noticia de que un volcán había destruido la isla de Krakatoa, acabando con la vida de casi las mismas personas que Sampson había soñado.
Y más curioso aún, días más tarde se supo que la isla de Krakatoa se había llamado Pralape hasta el siglo XVII.
