Demandas Judiciales Norteamericanas Premiadas por los Premios Stella

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Estos son algunos casos premiados por Los Premios Stella, donde se destacan los más disparatados casos judiciales de Estados Unidos:

  • – Kathleen Robertson de (Austin, Tejas) fue indemnizada con 780.000 dólares por un jurado tras romperse un tobillo después de tropezar y caerse por culpa de un niño que estaba corriendo en una tienda de cocinas. Los dueños de la tienda se sorprendieron al ser obligados a pagar dicha cantidad, y mas aún al saber que el niño que tan mal se había comportado era el hijo de la señora Robertson.
  • – Carl Truman (Los Ángeles) de 19 años ganó 74.000 dólares y los gastos médicos cuando su vecino pasó por encima de su mano con el coche, un Honda Accord. El sujeto aparentemente no se dio cuenta de que había alguien al volante del coche cuando se puso a robarle los tapacubos.
  • – Terrence Dickson (Bristol, Pennsylvania) estaba abandonando una casa justo después de acabar de robarla, y decidió salir por el garaje. No fue capaz de salir por la puerta del garaje porque estaba rota, y al intentar volver a la casa se dio cuenta de que la puerta que conectaba ambas estancias era de un único sentido y no podía salir o volver a la casa. La familia estaba de vacaciones, y Dickson se encontró encerrado en el garaje durante 8 días. Para sobrevivir, lo hizo a base de Pepsi y un enorme saco de comida para perros que encontró. Denunció al dueño de la casa por los daños morales sufridos por aquel incidente, y el jurado accedió a situar la indemnización del propietario al ladrón en medio millón de dólares.
  • – Kara Walton (Claymont, Delawere) denunció con éxito al propietario de un pub nocturno de la ciudad cuando ella se cayó desde la ventana del baño al suelo y se rompió los dientes contra el suelo. Esto ocurrió mientras la señorita Walton intentaba colarse por la ventana del baño de mujeres para no pagar la cuenta de 3,50 dólares. El propietario tuvo que pagarle 12,000 dólares y los gastos dentales
  • – Un restaurante de Philadelphia tuvo que pagar a Amber Carson (Lancaster, Pennsylvania) 113,500 dólares después de que resbalara con un refresco y se rompiera el coxis. Dicho líquido estaba en el suelo porque ella se lo había lanzado a su novio media hora antes durante una pelea.
  • – Jerry Williams (Little Rock, Arkansas) recibió 14,500 dólares más los gastos médicos después de ser mordido en el culo por el perro de su vecino. El perro estaba encerrado en una jaula dentro del jardín de su propietario. La indemnización fue menor al percibir el jurado una cierta provocación en el hecho de que el señor Williams estuviera disparándole al perro desde la parte superior de la jaula con una pistola de bolas.
  • – Merv Grazinski (Oklahoma City) se compró una auto-caravana marca Winnebago y en su primer viaje, estando en una autovía seleccionó una velocidad de crucero a 70 millas por hora (unos 120 km/h) y se fue a la parte de atrás a prepararse un café. Lo sorprendente no es que la auto-caravana se saliera de la carretera y colisionara, sino el hecho de que Grazinski denunciara a Winnebago por no advertirle en el manual de uso de que efectivamente él no podía hacer eso. Por este motivo fue recompensado con 1,750,000 dólares además una caravana nueva. Actualmente, Winnebago advierte de tal circunstancia en sus manuales.
  • – Una mujer obtuvo 50.000 dólares de un centro comercial porque al salir de él tropezó con una ardilla y, según el jurado, no existían señalizaciones suficientes en la zona sobre el peligro de esas alimañas.
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En estos otros casos, no consiguieron indemnización:

  • – Allen Ray Heckard, demandó a Michael Jordan por los daños emocionales que, según él, le causaba su parecido físico con el astro del baloncesto, pese al hecho de ser diez años mayor y 20 centímetros más pequeño. Pedía 364 millones de dólares.
  • – Christopher Roller demandó a los magos David Copperfield y David Blaine, solicitándoles un 10% de sus ingresos. Según Roller, los trucos de ambos sólo pueden realizarse con poderes divinos, y considerando que él es Dios y nadie le pidió permiso para emplear sus poderes, se hacía justa una compensación.
  • – El juez Roy L. Pearson decidió demandar a su tintorería por la pérdida de un par de pantalones. Sin embargo, se excedió un tanto en su petición aduciendo daños psicológicos y demás palabrería habitual de los juicios oportunistas estadounidenses, reclamó 65 millones de dólares como compensación.