
Armand de Borbón (rama segundona de la casa de Borbón-Conde) era además de Príncipe de Conti, feo de morir. Jorobado y bastante deforme, tenía un tic que le daba un aspecto que resultaba “difícil de ver”, tanto que se le conocía como el “Mono Verde”.
Casado con su prima (para lo que fue necesario una dispensa papal) Luisa Isabel de Borbón-Condé, el príncipe era muy celoso.
Un día tuvo que emprender viaje y le dijo a su esposa:
– Te encargo, sobre todo, que no me vayas a poner cuernos en mi ausencia.
– No temas – le contesto ella -. A mí sólo se me ocurre engañarte cuando te miro a la cara.