
La actriz de cine norteamericana Tallulah Bankhead, que participó en películas de Alfred Hichcock y Otto Premminger, fue a lo largo de su vida tan extravagante como divertida.
Un día en la ópera entro en los lavabos y cuando estaba acabando con aquello que le había llevado a sentarse advirtió que no había papel higiénico. Y era demasiado tarde para levantarse.
Escuchó en ese momento que había alguien fuera (una señora que en ese momento estaba maquillándose frente al espejo) y le dijo:
– ¿Por favor, señora, hay papel ahí fuera?
– Lo siento, pero no veo papel – respondió la señora.
Tallulah, cada vez más alterada, insistió:
– ¿Tendría usted un kleenex?
– Lo lamento – dijo la señora – pero no tengo.
Angustiada la Bankhead le gritó:
– ¿ Y cambio de diez dólares, señora? Dos de cinco por uno de diez.