Curiosidades sobre Vlad Tepes

Vlad III El Empalador (Vlad Tepes), nació el 8 de noviembre de 1431 en  Bucarest, fue un Príncipe de Valaquia (hoy el sur de Rumania). A continuación presentamos algunas de sus anécdotas o curiosidades: Drácula, de Bram Stoker.

Es falso que el dramaturgo irlandés Bram Stoker se inspirase en Vlad Tepes a la hora de diseñar el célebre personaje del vampiro Drácula.

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De hecho, Stoker jamás estuvo en Rumanía y tampoco conocía la historia de El Empalador, de suerte que este vínculo ha sido establecido a posteriori, por los revisores de la obra del escritor británico que encontraron singulares parecidos (incluso físicos) entre el personaje ideado por Stoker y el monarca valaco.

Guerra biológica

Fue el primero en emplear a sus enfermos en la lucha contra los turcos. Tomó a los enfermos de algún mal contagioso de su reino y los mandó a “vivir” con el enemigo.

La sífilis, la tuberculosis y otras enfermedades similares eran un pasaporte directo a las líneas turcas

Felicitación a los soldados heridos

En1462 después de un ataque al ejército turco que causó entre sus propias filas numerosos heridos fue a visitar el lugar donde eran atendidos.

Minuciosamente cuentan que fue inspeccionando a los heridos, separando a los que tenían lesiones y heridas en la cara o en el pecho o en la parte de las piernas de los que tenían las heridas claramente en la espalda.

Fue a donde estaban los heridos en el pecho y en la cara y les felicitó por su valor en el combate, pero a continuación fue a donde estaban los heridos en la espalda y ordenó empalarlos, por el hecho de haber sido heridos en combate por la espalda.

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Torturas y condenas

Aunque el empalamiento era, la diversión favorita de Vlad, también utilizó otros métodos de tortura: la amputación de miembros, narices y orejas; la extracción de ojos con ganchos; el estrangulamiento, la hoguera, la castración, el desollamiento, la exposición a los elementos o a fieras salvajes, el vaciado de ojos, la parrilla y la lenta destrucción de pechos y genitales y el desencaje de mandíbulas.

Eliminación de pobres y gitanos

La población se quejaba de los continuos robos que sufrían por parte de ladrones y asaltantes en sus territorios, además de los pobres.

Para erradicar esto propuso un gran festín en una gran casa de las afueras de las ciudades para pobres, ladrones, tullidos, leprosos, enfermos, pordioseros, en donde las grandes viandas y el vino estaban por doquier.

Cuando ya todos estaban bien servidos de comida y borrachos de vino, Vlad y su guardia se plantaron en la casa y preguntó a todos los allí reunidos si querían una vida sin privaciones ni preocupaciones y que todos los días se dieran festines como aquel, a lo que los mendigos y demás personas respondieron que sí y que había sido el mejor día de sus vidas.

Vlad les sonrió y mandó a sus soldados que cerraran todas las puertas de la casa y prendieran fuego sobre ella. Nadie quedó con vida. Eliminó la pobreza acabando con los pobres.

Esto se fue repitiendo con todos los mendigos en cada comarca de su principado. Llegaron a morir 3.600.El siguiente grupo para él improductivo con el que quiso acabar, fue el de los gitanos.

Vlad reunió a los trescientos de una comarca, mandó que asaran a los tres líderes para que los demás los comieran o a cambio se alistaran al frente turco, sino todos serían asados. Los gitanos optaron por lo segundo.

Mensajeros turcos

Se presentaron ante el unos emisarios del Sultán procedentes de Estambul. Estos iban ataviados con sus ropas tradicionales, entre ellas el turbante, como al presentarse ante él, Vlad les preguntó que por qué no le mostraban respeto descubriéndose la cabeza, a lo que los turcos respondieron , que no era costumbre en su país.

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Vlad, ofendido ante tamaña desfachatez, decidió reforzar sus costumbres y los devolvió a Estambul con los turbantes clavados a los cráneos, para que nunca se los sacasen.

El comerciante

Un comerciante florentino se presentó en su castillo para denunciar que le habían robado una bolsa de monedas de oro. El príncipe le dijo que volviera al día siguiente.

Cuando el mercader retornó al día siguiente, los ladrones y todos los miembros de sus familias estaban empalados en el patio de castillo. Frente a ellos, Vlad devolvió la bolsa robada.

Entonces el Empalador le pidió al comerciante que contara las monedas de la bolsa, para comprobar si faltaba alguna.

El aterrorizado extranjero las contó cuidadosamente, y probablemente demasiado asustado para mentir, musitó finalmente:

-Sobra una.

Vlad le contestó:

-Tu honradez te ha salvado. Si hubieras intentado quedártela, habrías acabado en la estaca más alta, junto con éstos..

El monje empalado

Un día cuando Vlad paseaba con un monje junto a un bosque de empalados, éste le dijo que el hedor era insoportable, pero se lo dijo en tono de sorna. Vlad lo miró con ojos incendiarios y ordenó que lo empalaran en el palo más alto que hubiera.

Cuando el monje ya estaba empalado el príncipe le preguntó si allí arriba olía mejor.

La mujer holgazana

Vlad se encontró con un hombre trabajando en el campo que parecía falto de mujer por el aspecto de sus ropas. Al preguntarle si no estaba casado éste le dijo que sí.

Vlad hizo traer a la mujer y le preguntó qué hacía en sus días, y ésta le dijo que lavar, hacer el pan y coser. Señalando a las ropas de su marido, Vlad no le creyó y decidió empalarla a pesar de que el marido afirmaba estar satisfecho con ella.

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Luego obligó a otra mujer a casarse con este hombre no sin antes amenazarla con el mismo destino si no cuidaba bien del campesino.

El voivoda Dan

Otra de sus acciones fue la muerte al voivoda usurpador Dan. Este había intentado derrocar a Vlad, tras su fracaso y después de ser capturado, Vlad lo mandó ejecutar no sin obligarle antes a cavar su propia tumba y asistir a sus propios funerales. Ocurrió en 1460.

Los monjes mendigos

Cuando Vlad fue de visita a un pueblo de Valaquia, vio como dos monjes le pedían limosna.

El príncipe les preguntó que por qué pedían limosna si podían vivir sin penurias colaborando en cualquier iglesia y éstos le respondieron que mendigando podrían saber si iban a entrar o no en el reino de los cielos, a lo que Vlad sin más miramientos, les mandó empalar y les dijo que así sus dudas quedarían resueltas de inmediato.

La copa de oro

También puso en una fuente de la plaza de la capital de Valaquia, Tirgoviste, una copa de oro para que todo el mundo bebiera en ella, pero aquel que la robara se sometería a la justicia del príncipe.

Durante los años de su reinado nadie osó robar la copa de oro. Incluso tras su muerte la copa siguió durante un largo período en la fuente debido al temor que había infundido Vlad en los habitantes.

Héroe nacional

En 1976, el gobierno comunista de Nicolae Ceauşescu lo declaró Héroe de la nación al cumplirse el V Centenario de su muerte. Se han realizado infinidad de películas sobre el personaje pero siempre desde la perspectiva del vampiro y no de su biografía real durante todo el siglo XX.